miércoles, 23 de septiembre de 2015

Sólo para el aire

Foto: Jesús Rubio (@picatostes)
Sólo para el aire, para la tibia caricia de la mañana,
es esta queja que no me atrevo a darte.
La dejaré aquí, sobre esta esquina de luz,
palpitante, como un corazón que quisiera arrancar el vuelo.
Llegará hasta ti rozando
apenas esa indiferencia que me dedicas cada dia.
Ésa es mi queja.
Un corazón que quiere volar
no puede elevarse entre la  rutina
y la frialdad que sustituye a tu abrazo.
Sólo para el aire, que no me atrevo a dártela,
sola vuela en silencio y te observa.
Pero no pretende herirte, no podría,
mi corazón no va a la guerra,
no sabe de luchas y rencores...
Pero yo lo envío contra tí, como un cuchillo,
como una llamarada de luz
para hacerte ver que tengo aquí esta queja.
Una queja que tú no oyes, no quieres oir,
porque es sólo para el aire,
para la caricia tibia de la mañana...
No me atrevo a dártela
aunque la frialdad de tu abrazo
corte el vuelo de este corazón tan limpio.


Pepe García Resille
De nuevo la esperanza
Sevilla, a 24 de septiembre de 2015

jueves, 17 de septiembre de 2015

Duermes a mi vera

Estás aquí, y eso ya justifica el mundo y sus miserias;
duermes a mi vera, y la primera luz de la mañana
apenas te toca, para que no abras los ojos
a este día que todavía no se ha definido...
No despiertes todavía, sigue durmiendo a mi lado,
con un beso te avisaré si merece la pena
salir al encuentro de otro día como el de ayer.
Aquí sonríes sin tú saberlo, porque duermes junto a mi;
te observo, recorro tu piel  lentamente,
mi mirada es un tacto que no te toca,
no altera la paz que respira tu pecho.
Te acaricio con la mirada, tan tiernamente
como si fueran mis manos, estas manos torpes
que aprendieron contigo a moverse sobre los sueños.
Tú las guiabas cuando salían a tu encuentro
y, torpes como eran, cometían todo tipo atropellos
sobre tu cuerpo. Pero aprendieron pronto,
y aquí están, temerosas de tocarte ,
impacientes por el abrazo,
inquietas ante la espera que impone tu sueño.
Estás aquí, y el mundo respira terco tras la ventana,
deseoso de llevarnos a la rutina de los días...
No despiertes, sigue durmiendo a mi vera,
más tarde un beso mio será la señal
para que despiertes y vengas a salvarme,
que necesito tu abrazo para seguir
soñando contigo, viéndote a mi lado
como esta mañana que no cambiaría
por toda la gloria del mundo.

Pepe García Resille
Tiempo de amar
Sevilla, 17 de septiembre de 2015