(la tarde se había entretenido en la
puerta de urgencias).
Dame la mano, mírame, dame la mano.
(La muerte sube por la escalera,
busca esta habitación).
Son ellos, hermano, son ellos, ya
vienen.
Nos buscan. Te buscan, hermano.
Dame la mano, sé que te duele,
pero dame la mano. Ya están aquí...
(Mi hermano está dispuesto,
se inventado la mejor sonrisa
y me dedica una mirada azul.
Sus ojos siguen apagándose).
Ya están aquí, hermano,
abre los ojos como siempre, azules,
limpios, inocentes, como siempre...
Nos buscan. Te buscan, hermano, ya lo
sabíamos.
Sí, estoy aquí. ¿Sientes mi abrazo?
Sigo aquí, siempre fuiste valiente,
abre los ojos, ¡ábrelos!
(Entran en la habitación, vienen en
silencio, eficientes).
Está subiendo el último peldaño,
hermano. Nada nos duele, ya nada te
duele.
Deja aquí tu mirada limpia,
nos guiará durante tu ausencia.
Ya vienen, hermano, ya vienen.
Cuando la muerte de mi hermano
Jerez, diciembre de 2012
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