El ángel cruzó la pared en la
madrugada alta,
en una mano traía mi corazón
y en la otra el peso de una pluma.
Sonreí al verle, y cuando oprimió mi
corazón
contemplé mi vida como una luz dorada
que iluminaba la habitación.
Palpitante, pero ya seco, quedó
sobre su
mano abierta.
Fuí hacia él y le entregué la pluma
de la verdad:
la conciencia limpia de quien ha vivido
de
acuerdo con su corazón.
Mientras tanto, mi corazón se había
convertido
en polvo
dorado,
brillante y ligero. El ángel sonreía.
Sopesó tranquilamente los restos de mi
corazón
y aquella verdad, ligera como una
pluma,
que acababa de darle.
“Eres afortunado” , sentenció el
ángel,
“la verdad ha prevalecido”.
En ese instante, el médico entró en
la habitación
desvaneciendo mi último sueño.
Por la ventana el aire fresco de la
madrugada
movía una presencia, ligera, no
contaminada,
sonriéndome mientras se elevaba al
cielo
con mi último sueño.
Pepe García Resille
El ángel de la muerte
Sueños hospitalarios, Sevilla, 25 de
septiembre de 2015.
Ésta Es Un Acta De Confesión; "Levante Un Acta De Mi Confesión"; Me Voy, Pero No Me Voy, Ni Me Iré; (Es Exacto, Como Dice; Es así).- (LUIS). {{Y Yo, Me Cago En El Cáncer, Y En Cualquier Otra Insanía, Venga De Donde Venga, Y Sea El Estímulo Que Lo Provoca}}. (L.).
ResponderEliminarUn poema conmovedor, que solo puede venir de un espíritu delicado y sereno!
ResponderEliminarTienes un gran don
Animo, no decaiga!!!
Un poema conmovedor, que solo puede venir de un espíritu delicado y sereno!
ResponderEliminarTienes un gran don
Animo, no decaiga!!!
Bello poema Pepe, estábamos muy preocupados, te esperábamos. Cuídate mucho eres un luchador, un abrazo enorme y un beso, no, muchos.
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