miércoles, 29 de julio de 2015

Me despiertas de mis dudas

Me despiertas de mis dudas,
y salgo a pasear abrazando tu cintura,
como quien tiene al mundo en sus manos...
Más aún, el mundo no existe más allá
si este abrazo no se abre. Aquí está
el fin último, la luz primera,
la palabra exacta –que es la tuya.
Me despiertas de mis dudas
foto: JGR
con tu palabra en el aire de la mañana,
con la luz de tus ojos,
con el fin último de tu boca.
Voy al mundo de tu mano, lo sé.
Siempre de tu mano, yo
que no sé caminar solo,
que no articulo palabra en tu presencia,
que no veo otra luz sino esta que disipa mis dudas.
Tú, alta, hacedora del mundo,
dando sentido a mi tiempo, a mis dudas;
tú, siempre necesaria, adorada y temida;
tú me despiertas de mis dudas,
y me invitas al paseo mientras me ofreces tu cintura
para que no me precipite en mi nada cotidiana.
Tú cierras las puertas del dolor que me corroe
y me llevas de la mano (siempre de tu mano),
a ese lugar mágico donde guardas tus besos.
Allí me entrego sin preguntas, seguro ya
con el mundo entre mis brazos,
con la vida en tus ojos,
con mi vida en tus labios.
Dios te lo pague, compañera.

Pepe García Resille
tiempo de vals
Sevilla, 11 de abril de 2015

viernes, 17 de julio de 2015

Herido vuelvo

Yo que me fui a la guerra, herido vuelvo,
mucha ha sido la sangre derramada,
muchos los sueños que volaron por los aires
esparcidos como retales del alma.
Yo que me alisté combativo, herido vuelvo,
y traigo en mi herida el rencor
foto: ARG
y la angustia de cuanto he destruido...
Herido vuelvo, y vencido también.
Este inútil combate sólo abrió
aún más mi herida, y la dejó a la interperie,
a la vista de todos, una llaga donde cualquiera
mete los dedos y hurga hasta los huesos.
Yo que me fui a la guerra, herido vuelvo,
ridiendo armas y esperanzas,
recorriendo tanta destrucción, tanto dolor,
que prefiero sentarme aquí mismo
junto a este olvido anestesiado
que ojalá se vuelva eterno.

Pepe Garcia Resille
Anestesia
Sevilla, 17 de julio de 2015

Volvió ayer

Pero volvió ayer, venía de otro tiempo,
radiante, ataviada como la tarde.
Sonreía desde un compromiso antiguo
como un regalo siempre fresco y limpio,
y la recibieron mis brazos abiertos como la luz.
foto: ARG

Contaban los dias su rutina,
la tarde llegaba con un viejo deseo
entre la manos, éste que ahora te entrego.
Vive en mi desde siempre,
es parte de mi ser como lo es el aire
y llega a tu encuentro pleno de fuerza.
Aquí lo tienes, sé que no te va a gustar,
te lo entrego porque nace en mi corazón
y quiere vivir en el tuyo.

Su compromiso antiguo es ahora una atalaya
altísima como el pasado de donde viene
radiante, ataviada como esta tarde de otoño,
y mis brazos quieren recibirla abiertos como la luz.

“Cuenta tus dias, tus rutinas,
pero no subas aquí con tu viejo deseo;
un aire tan limpio lo haria imposible”.

Pepe Garcia Resille
Sevilla, 18 de marzo de 2015

domingo, 5 de julio de 2015

La Casa Amarilla

 Dedicado a Ianus Bröönco, amigo y hermano.
"Porque yo sentí que mi alma y la suya no era más que una en dos cuerpos" (San Agustín, Confesiones, libro IV- cap. 6)
"Qui duo corporibus mentibus unus erant" (Ovidio, Tristes, IV, 4, 72)


Habitado de luz, pero vacío, viajo
sosteniendo el aire que se antoja lleno de promesas.
Acudo a tu encuentro con los ojos encendidos
buscando una señal, la ruta
que tú habías trazado con la palabra exacta.
Foto. Ianus Bröönco
Recorro la memoria
que me habla con una ternura que duele,
y su mensaje me trae hasta tí,
al lugar por ti señalado en este mapa ciego
que guardo en el bolsillo. Todo está claro,
voy por buen camino. Con paso firme
me acerco al hogar perdido, donde un día habitó la palabra
y que ahora respira un silencio doloroso
que brota de la tierra.
Vacío, ligero como el aire de la mañana,
mi viaje se estremece cuando llega a su fin.

'Es aquí`, me dice el tiempo, 'ésta es la casa,
aquí vivieron los versos y las dudas,
aquí la lucidez soñaba con la eternidad cotidiana,
aquí escribía el soñador de sueños,
el hacedor de música mínima,
audible sólo con pentagrama de versos'.

No puede ser, ésta no es la Casa Amarilla,
que sólo dos ojos como ventanas me miran desde su ruina.
No, no es aquí, ¿dónde fueron sus inquilinos?
¿Por qué los muros sólo sostienen el aire
y el campo inunda su interior?
¿Por qué está en ruinas la Casa Amarilla?,
¿por qué este abandono?
Saco el mapa y compruebo que este lugar
es sólo un punto de partida...Y, habitado de luz,
me dispongo a otro viaje;
rendido a la esperanza, me despido
de la Casa Amarilla de Arlés.

Pepe García Resille
Caminar, caminar siempre
Sevilla, 5 de julio de 2015

miércoles, 1 de julio de 2015

Llega la luz, tuya

Puente de Triana (foto: Pepe Garcia Resille)
Llega la luz, tuya, luz primordial
abierta sobre esta herida de la memoria.
Mi tiempo se vuelve inocente
con el sólo roce de tu mirada, resignada ya,
extendida sobre la culpa que no acaba.
Vuelvo a la luz, al destino señalado
desde la cuna, contemplo ahora
el rostro viejo y cansado que tendré mañana.
Me ayudas tú, con tu dulzura,
a desafiar leyes no escritas o misterios
que mi piel enseña al mundo
y que a tientas me explican los sueños.
Llega tu luz, tuya sí, tuya, limpia como ninguna,
tan transparente que no cierra mis ojos
ni doblega este ansia de apoderarme de tí,
de tu luz, de tu corazón esquivo.
Mi tiempo se vuelve inocente
y le basta tu presencia, no pide más;
no quiere otra cosa que ser tu sombra.
Atrás quedaron las dudas atávicas,
el miedo que se alojaba en la sangre,
y aquella angustia que venía de la mano de tu ausencia.
Mi tiempo es nuevo, inocente, sí;
y lo es por ti, por el amor que me prometes
y no me entregas...
Llega tu luz junto con esta queja amarga
que la espera desde el fondo de mi alma.
Sobre ese fondo oscuro y perverso
te alzas tú, definitiva, alta,
segura desde tu deseo,
eterna desde mi sueño.

Pepe García Resille
Sevilla, 7 de mayo de 2015