lunes, 30 de marzo de 2015

La sanadora

¿Era esto la vida?  –como una espada
la pregunta señaló en el aire
el rastro  de un dolor insobornable.

Vengo a ti con la fe del converso,
te buscaba con ahínco este corazón
que se resiste a morir sin haber vivido.
Su seca existencia clama contra mi,
culpable de lesa humanidad;
la vida se vaciaba a chorros
por esta herida abierta en  un corazón tan limpio.
¿Era esto vivir?

La sanadora sonreía desde su altura,
sin decir palabra, abriéndose paso
entre las sombras que pueblan mi conciencia.

“Tengo el remedio para tu mal,
pero es mortal. Deberás morir, y quedarás sano.”

Aún sigo enfermo –protesté.

En ese punto, mi corazón lanzó un aullido
inundando el tiempo hasta la orilla de la infancia.
Allí, sobre la espuma de la inocencia,
la sanadora con sus labios
cerró una cicatriz de años, y volví a la vida.

Pepe García Resille
Sevilla, a 30 de marzo de 2015

No hay comentarios:

Publicar un comentario