Dicen: 'mañana, será mañana'.
El mirlo canta en el patio, ajeno a mi
tragedia
y yo le pongo migas de pan en el
alféizar de la ventana.
Será mañana, se conjuran todos los
demonios,
y me llevan, y me arrancan el alma que
no tengo,
me traen un dolor imposible, no visto,
ni siquiera imaginado pero posible.
El mirlo canta de nuevo,
y el corazón no tiene ganas ni
fuerzas,
mañana es demasiado lejos. Estoy
leyendo
lineas de la mano izquierda
mientras la derecha pone un parche de
morfina
sobre mi espalda. El dolor canta como
el mirlo,
pero es un engaño: no tengo sitio
para más dolor, ni mi corazón sabe de
tanto salvajismo.
'Mañana, será mañana' dicen
los que saben, las estadística, las
horas de espera...
Pero mi corazón se ha ido,
lo ví volar con el mirlo en dirección
al Sur.
Mañana, será mañana, cuando los
sumos sacerdotes
oficien el ritual que sigue la línea
de la mano izquierda.
De pronto, el mirlo ha dejado de
cantar.
Ya no acompaña el lamento de este
corazón
que hoy se entrega sin rencor a lo
inevitable.
Mañana, será mañana, cuando los
mirlos ya no canten
en el patio del hospital, entonces
este corazón asustado echará migas de
pan
y cantará con los pájaros
mientras el veneno me queme la sangre
y gane un día más...
pepe garcia resille
mañana, será mañana
Sevilla, 9 de junio de 2015
Tremendo...sin más. Siempre adelante¡¡ un abrazo..
ResponderEliminarGracias, Lucas, gracias por dar ánimos...
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