viernes, 16 de enero de 2015

Suena alta noche

Gritaba tu nombre por los pasillos

Suena alta la noche en su hormigueo oscuro,
la calle es ahora casi tímida y renuncia a la fiesta,
sólo el frío me lleva.
Luces que denuncian el vértigo por vivir
me abren paso entre esta riada
urgente que a todos nos lleva.
Abriendo paso por el aire, en la oscuridad,
me llevan celosos guardianes
con el único fin de entregar un cuerpo
vivo a la hora prevista.
Duerme alta la noche, y me invita
a cumplir un ritual mágico
con la muerte siguiendo nuestros pasos.
Alli nos veremos.
La calle no habla, no tiene pulso,
algunos apátridas se resisten
al cierre de las últimas tabernas.
Yo me resisto a morir,
mis guardianes cumplen su objetivo
y me entregan como un pedido de comida rápida
a las puertas de un hospital cualquiera.
Sólo el frío me trae este lugar,
sólo mi fe sostiene mi voluntad
y quedo en manos de seres que no me conocen
ni me quieren, ni les importo.
Por los pasillos me cuentan
que la noche llegará pronto como un sedante,
que mañana el día tendrá el dulce aroma
tan propio de la primavera.
Suena alto tu nombre y lo canto a voces
bajo una luz inmensa que me cierra los ojos.
Creo que la calle ha enmudecido
y que tú me traerás mañana el olor de la primavera.
Cuando despierte, tus ojos serán la luz
y el color de la vida que tanto necesito.

Pepe garcia resille
tiempos nuevos
Sevilla, 15 de enero de 2015

2 comentarios:

  1. Bellos versos para leer despacio, saboreando cada linea. Otorga aromas y silencio, el final reconforta. Magnífico.

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    1. Saludos, amigo, gracias por detenerte un rato a leer este poema, que es hijo del dolor y la enfermedad...y también de la pasión por vivir...Gracias, de nuevo.

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