Esa luz perdida es lo que te pido hoy.
Aquella luz, no otra cosa.
Podría pedirte besos, abrazos y sexo,
y ternura luego
cuando tu abrazo me proteja de mi
mismo.
Pero no quiero todo eso, quiero luz,
porque los dias son más cortos,
y la soledad se ha alojado en casa.
Necesito tu luz,
la misma que abrió mis ojos
y los rescató de aquella ceguera de
los veinte años.
No pido palabras amables,
ni tu voz que cura todas las heridas...
No quiero tu cuerpo, no te quiero a ti,
quiero tu luz. Hoy cuando el mundo se
disuelve
voy a tu encuentro a tientas,
pero tú eres firme, como siempre
tú eres luz y es lo que busco.
Si alguna vez te amé fue por eso,
y se que es infame este deseo que sale
a tu encuentro.
Esa luz, perdida desde que tus ojos
dejaron de mirarme,
será mi guia en estos dias oscuros.
No te pido más.
tiempos nuevos
Sevilla, 15 de noviembre de 2014
Tu poema es de una exquisita sensibilidad... leerte siempre emociona.
ResponderEliminarUn abrazo.
Reme.
Gracias, Reme...más que mérito es necesidad de expresarme...
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