foto: JGR |
salvo aquella tarde
cuando pusiste tus ojos sobre mí,
por un instante el tiempo
desapareció de todos los calendarios.
Vuelvo, a veces,
a aquel agujero en la piel del tiempo
y me encuentro con tu mirada fija en la memoria,
dulce como entonces, eterna como entonces.
No he olvidado aquel asombro
ni ha terminado aquel instante
puro gozo desde aquella tarde.
Nunca existirá la eternidad
a no ser que tú decidas
cerrar los ojos, y dejar que caiga el mundo
y con él yo también
en un olvido imposible de imaginar.
No me niegues la mirada,
no cierres tus ojos ante este deseo
mio que quiere ser a tu lado eterno.
Pepe García Resille
tiempos de esperanza
Sevilla, 4 de diciembre de 2014
" No me niegues tu mirada"...
ResponderEliminarQue bello tu poema...
Un beso.
Reme.
Gracias, Reme. Tus comentarios siempre son benevolentes con mis escritos...gracias.
EliminarPrecioso... Increíble.
ResponderEliminar"Vuelvo, a veces,
a aquel agujero en la piel del tiempo
y me encuentro con tu mirada fija en la memoria"