CANTO XII
Es tu pasión, siempre lo será,
pasión firme como esos labios que la
proclaman.
Lo dice tu voz, el tono de esa voz;
son tus labios como espadas
los que afilan esta pasión que te
posee.
Arrebatada, suelta ya de ti misma,
te arrojas sin contemplaciones
en este mar confuso que es mi carne.
Mar también cálido, que te acoge,
y te sumerge, te libera y te ahoga.
foto: ARG |
Tú así lo quieres.
También yo lo deseo.
En el oleaje de tu cintura,
en la marea alta de tu pecho
están los misterios de este navegar
primigenio.
Amar es esto.
Aunque naufraguemos.
Pepe Garcia Resille
Diario del Hospital
Triana, 18 de agosto de 2015
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