CANTO VII
Vigilaba tu despertar, al acecho,
con temor a romper el misterio
-que rodeaba tu
sueño.
foto: ARG |
Temblaban mis manos recorriendo tu
cuerpo:
cualquier temblor te despertaría...
Verte dormir, dormir a mi lado,
confiada tú...Cuánta dulzura!
¡Cuánta confianza traían tus ojos
cerrados!
Y yo era guardián de tanta dicha,
sólo yo custodiaba ese tesoro
ahora sumido en el sueño: tu pelo,
tu piel, tu poca ropa, tu sonrisa...
¡Todo me estaba confiado!
Como un animal dócil
te entregas al sueño, el mundo más
real,
a las fantasías más peregrinas.
Y aquí estaré yo vigilando tu
despertar,
al acecho, con temor
a romper el misterio que rodeaba tu
sueño.
Pepe García Resille
Diario del Hospital
Triana, 17 de agosto de 2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario