viernes, 21 de agosto de 2015

Sobre esta voz que nadie oye

CANTO VI

foto: ARG
Sobre esta voz que ya nadie oye
vibra un tono menor, monocorde,
voz sin brillo que sólo repite tu nombre.
Repetido como un mantra, sin rechistar,
monótono suena ya tu nombre en mis labios.
Llegado a esto, es que ya no existes.
Antes era decir tu nombre y el mundo se detenia a oirlo;
el aire asustado y complacido para su vuelo
-para llevarlo más lejos.
Decía yo tu nombre y la tarde se hacía ascuas en el cielo
-para darle más brillo.
Lo repetía despacio, y el espacio unificado abría
un curso asintótico para llevarlo al otro confín del Universo.
Era un mantra calculado y exacto,
calibrado en sus matices,
un secreto que sólo yo sabía pronunciar
-como una forma de pensamiento;
como la sílaba sagrada, como el nombre del Eterno,
como el último nombre que nadie conoce...
Así salía de mis labios este nombre tuyo,
a la vez, tu ser y mi propia vida.
Pero ya no existes, porque no te nombras,
no dejas que mi boca lo repita
en el rito mágico de llamarte. No acudes
a mi voz, y llegado a esto es que ya no existes.
Tampoco yo acabo de recordarlo.

Pepe García Resille
Diario del Hospital
Triana, 17 de agosto de 2015.

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