jueves, 9 de octubre de 2014

Me olvidé tanto de ti

Me olvidé de ti tanto que ya no recuerdo por qué lo hice,
y ahora, al verte, he puesto en pie mi memoria, tanto tiempo dormida,
para no olvidar incluso tu nombre.
Pero es tarde, no lo recuerdo. Por eso,
te he saludado cordialmente, para disimular
y no ponerte otro nombre que no sea el tuyo.

Hablas, ríes, remueves un pasado para ti muy vivo,
mientras yo sigo sin recordar quién eres.

Nos conocemos de toda la vida,
me lo demuestras con fecha, lugares, gentes, amigos comunes,
y, por fin, la clave que me devuelve la memoria: tu nombre.

Ahora sí, ahora eres ya algo que se agita entre mis recuerdos;
te has vuelto presente aquí y en el tiempo que pasamos juntos.
Eres ya algo vivo. Tu nombre se levanta
con grandes letras en el cielo de esa memoria mía, tan desaliñada.

¿Cómo ha podido ocurrir?
¿Cómo es posible que haya olvidado hasta tu nombre?

Ahora que me lo devuelves, aquellos años se vuelven transparentes;
andas de puntillas sobre besos cumplidos,
apenas rozas abrazos olvidados,
tu cuerpo descansa sobre noches interminables…
Estoy recorriendo ese espacio fantástico que tú llenaste de amor,
de risas y, también, de pequeñas disputas y agrios reproches.

Quizá te olvidé por eso: preferí olvidar unos años tan hermosos
a que acabaran convertidos en un recuerdo amargo.

Perdóname por tanto olvido,
pero me ha servido para recuperarte ahora igual que entonces.

pepegarciaresille@gmail.com
poemas rescatados
Sevilla

No hay comentarios:

Publicar un comentario