Tú, ausente, eres más real aún.
Este vacío, es decir: tú al margen de
mis días,
esta ausencia tuya es un espejo
donde tú, compañera, apareces
más clara, más nítida.
Con esa imagen hablo ahora;
a ti mujer-espejo e reconstruyo verso
por verso.
Voy montando tu imagen
con los mejores recuerdos que me
entregaste,
con los mejores besos nuestros,
tu sonrisa más limpia,
tus manos acariciando mi deseo,
todo lo que me diste me sirve también
ahora
para inventarte de nuevo.
Apareces lentamente, igual a como eras,
pero diferente pues no eres tú. Es
sólo una imagen.
La abrazo como si fueras tú,
la acaricio como a tí y no encuentro
el calor de tu piel.
Hablo con ella en voz baja,
pero sé que no me oye; es sólo un
sueño.
Pero sólo me queda eso: tú-sueño,
tú-espejo.
poemas rescatados
Sevilla
No hay comentarios:
Publicar un comentario