viernes, 17 de octubre de 2014

Mi naufragio es evidente

“Ve a buscarla” me digo,
y el mar se amontona en mi puerta.
Es la marea alta del tiempo y su cansancio;
es el oleaje inacabable de sus ojos mirándome.
Y yo, atónito, asustado, me digo: “No puedo”.

Ella me mira tranquila
como quien da un consejo imposible de seguir.
Sabe que no echaré a correr
para ir en su busca, lo sabe, está segura.
Es mujer y lo sabe. Me conoce y lo sabe.

“Si la quieres, ve a buscarla” –insisto.
El mar está a mi puerta;
el tiempo, ya líquido, lo empapa todo.
Los años se llenan de algas amarillas.
El mar me corta el paso.

Ella está al otro lado, segura, alta, tranquila.
La veo a veces sobre un horizonte escurridizo,
lejana, segura, tranquila.

A este lado del mar
mi naufragio es evidente.


poemas rescatados
Sevilla

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