¡Qué difícil es perder!
¡qué difícil es aceptar que he perdido!
La canción de la derrota llena
hasta los últimos rincones; saben
a derrota el aire, la comida y el agua, ¡todo!
Y no puedo evitar su cara
porque es la mía; su risa
es mi propio llanto. Sin descanso
me sigue como mi sombra; duerme conmigo
y sueña conmigo; mis propias pesadillas
son sus gritos de júbilo y victoria.
Yo estoy vendido;
mi derrota canta su alegría,
con mi propio dolor, que es su voz, su pulso.
¡Qué difícil es perder!
y si lo pierdes todo (un todo con nombre),
entonces el dolor te roba has la conciencia.
pepegarciaresille@gmail.com
Poemas rescatados
Sevilla
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