jueves, 25 de septiembre de 2014

Dios mio, ¿qué puedo hacer?

¡Dios mío, ¿qué puedo hacer?!

Me lo planteo, amigo mío,
Y una sombra recorre mi cabeza.
Desde lo profundo de los huesos y la sangre
Me llegan voces alarmantes.
Es la voz oscura de la carne
Apagada hace tiempo.
Me grita rabia.
Me recuerda tiempo perdido.
Me pide más tiempo,
    -¡y no lo tengo!


pepegarciaresille@gmail.com
poemas recuperados
Sevilla

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