martes, 16 de septiembre de 2014

Ya no soy un hombre

Ya no soy un hombre. No me cuesta admitirlo.
Si he perdido la voluntad ante tus ojos;
si mis manos no me obedecen ante el tacto de tu piel;
si mi voz no cuenta ante tu silencio...
¿qué queda de mi? ¿dónde está el hombre que te adora?
Te has llevado este momento en que te añoro,
me robaste ayer hasta dejarme en la inconsciencia,
me estás quitando el mañana –que ya imagino contigo...
y sonríes, segura de tí misma, confiada
en el poder de tu voz, de tus ojos...
Ya no soy un hombre, no soy nada,
nada queda aquí que pueda decir “te quiero”,
nada salvo cuatro células despistadas
que no se enteran de nada...
Aquel que conociste y sometiste a tu capricho
hoy se presenta ante tí sin alma, sin corazón,
sin memoria, sin pasado,
sin otro fin que no sea quererte...Sin armas,
sin batallas que ganar, sin otro futuro que no sea tu palabra.
No, ya no soy ni sombra del hombre
que perseguía tu paso y tu nombre y tu boca y tus manos...
¿Qué queda, entonces, de aquel ser que moría
cada noche bajo el influjo de tu deseo?
Mírame, aquí tienes el resultado de tu victoria.
No me digas ahora que esta ruina
no es causa tuya...No me importa,
sabía que debía morir, como todos!!
Pero, no, como todos no.
Nadie puede morir como yo, mirándote a los ojos,
nadie puede soñar este privilegio de rendirme
ante esta carne tuya que es ya mía,
nadie puede rendirse ante tí, sólo yo,
sólo yo puedo salir a tu encuentro y entregarte mi corazón
palpitante en mis manos. Será como tú quieras,
cuando tú quieras, en el momento que tú elijas...
Todo mi ser sabe, desde el origen del mundo
que su único fin es amarte, sin tregua, sin condiciones,
sin un mañana en que pueda repetir esta cantinela...
Lo sabes desde siempre, desde aquel día
cuando, distraida, dejaste tu luz sobre mis ojos
hasta hoy –que ando a ciegas por el mundo.
Si es así, si ya no quieres mi abrazo, ni mi voz,
ni la pequeña queja de mi corazón
que se sorprende ante tu olvido...
entonces, ¿qué queda de aquel hombre que te adoraba?
¿Para qué sirve este saco de carne sin nombre?
¿Para quién escribo estos versos esta noche?
Son para tí, bien lo sabes,

En los tiempos nuevos
Sevilla, 25 de mayo de 2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario