No existe, desde que el tiempo devoró
tu recuerdo,
un lugar, un rincón tan lejano y
oscuro que yo no haya recorrido
en tu busca. En todas partes, en cada
momento, un sueño
ha esperado sobre voces y palabras.
Estoy, sin más,
a la espera de tu voz y tu paso. Por si
vienes,
por si hablas, que sepa yo recoger tus
palabras,
adivinar tu sombras o mecer tus labios
sobre una canción de espumas.
Desde que el tiempo pisó tu huella,
y devoró tus días, rompiendo tus
ilusiones, desde entonces
no consigo recoger tu mirada en el
aire, como entonces,
cuando te extendías día arriba
buscando soledades
mientras me prometías un amor solo de
tí a mi;
un amor como un puente que solo tú
cruzarías;
insólito amor de luz con el que sólo
a mi me veias;
ese amor, nudo estable que ataría mis
días a los tuyos,
mis sueños a tus sueños, mis manos a
tus manos,
ese amor nuestro, sólo nuestro, ese
amor desaparecido
como una canción inquieta no pudo
servirte para tantas cosas.
Porque un día se quedó colgado de un
mal sueño
y los dos perdimos el paso y la mirada
entre tanta luz,
y nos hundimos bajo tantas aguas...que
ahora solos los dos,
como triste cadáveres, flotamos en la
nada,
mientras el amor nos mira desde la
orilla.
Nos vamos perdiendo, nos dejamos llevar
por este oleaje extraño, sin saber
cómo ya no te siento
y entonces por esa herida se me cuela
un frio repentino
que me recuerda que aquí ya no queda
nada.
poemas rescatados
Sevilla
No hay comentarios:
Publicar un comentario