miércoles, 17 de septiembre de 2014

Yo, hombre que te adora

Yo, hombre que te adora,
declaro ante quien me quiera oír:
“Aquí estoy, limpio de recuerdos,
nuevo como el día que te entregaré mañana
si tú, atenta como vives a lo altísimo, te fijas
en estos labios que dicen tu nombre.
Si a este corazón que me sustenta llegara,
no tu voz, sino la mueca de tus labios
yo pondría mi vida al filo de tu mañana.
Aquí estoy, libre de todo pasado,
atado sólo a tu sueño, sometido sólo a tu deseo.
Podría vivir libre sin tí, pero no quiero;
podría recorrer el mundo,
vivir en barrios oscuros,
alistarme en guerras perdidas y olvidadas,
ahogarme en alcohol
o perderme en el santhara...
Incluso podría olvidarte, si esto no fuera un imposible,
o recluirme en un barrio elegante con esposa e hijos adorables...
Podría militar en un partido de éxito
y trepar y pisar cabezas de otros descerebrados...
Pero no, no quiero. Este imbécil que te quiere
quiere seguir amándote, y lo hará y no podrás evitarlo.
Yo, este idiota que se entrega a una pasión que le desborda,
declaro que no podría vivir sin tí.
Y esto es una declaración de amor en toda regla,
no es la entrega de armas y voluntad, no.
No es una rendición incondicional,
es una entrega libre y desinteresada
de mi voluntad, mi poco cerebro, mi corazón,
mi piel, mis sueños...y también de este fuego
que me quema la entrepierna –y que tú has encendido.
Tuyo es todo esto. Haz lo que quieras,
que yo no puedo un día más sin compartir
contigo este abrazo que debe durar toda una vida...

Tiempos de amar
Sevilla, 26 de junio de 2014
Nota: el santhara es el holocausto propio por inanición, según prácticas del Jainismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario