Soy un apestado
Lo sé, y tenéis razón: mi compromiso
social
es escaso, cuando no inexistente.
Lo sé, tenéis razón: pocas veces he
recorrido
las calles en defensa de algo;
tampoco acudí al mitin del partido,
y nunca me gustó cargar con la
pancarta...
Pero mi lucha es otra, y mi compromiso
es fuerte,
pero no con ustedes, ni con el aparato,
ni con el sindicato,
ni con la iglesia, ni con los
guardianes del intelecto
ni con chamanes del más allá.
Mi lucha es otra, y viene de lejos.
Empezó conmigo, mi corazón se abrió
a un campo de batalla
donde yo me enfrentaba al mundo,
también a vosotros.
De aquella guerra salí perdiendo.
Mi lucha es otra...
No se puede ir suelto por la vida, ya
lo sé.
Es necesaria la tutela del grupo, del
partido,
de la Iglesia, del antisistema, del
intelectual
que guarda las llaves de la sabiduría.
Todos ofrecen protección al
descarriado.
Y yo soy uno de ellos, soy un apestado.
Pero este paria, este sudhra expulsado
de las castas superiores,
tiene un compromiso que late con su
sangre
a cada paso, a cada instante, con el
que sufre.
Este apestado sabe amar,
y precisamente por eso hace lo quiere.
Mas maera
Sevilla, 13 de abril de 2014
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