¿Qué quieres de mí?
Tienes mi voluntad, mi tiempo,
mi cuerpo no me obedece y está atento
sólo a tu voz,
esta carne que me cobija sólo siente
tu caricia...
Nada en mí reconoce otra autoridad que
tu mirada,
¿qué quieres de mí?
¿Puedo, acaso, renunciar a algo que tú
no tengas ya?,
¿queda algún rincón en mi corazón
que tú
no hayas conquistado, sometido?
Mírame, aquí estoy, indefenso, sujeto
a tu palabra,
tienes mi deseo en tu boca
y mi corazón en tus manos, ¿qué
quieres de mí?
Mi sangre hierve al roce de tus manos,
no queda piel que no haya ardido con
tus caricias,
¿qué más quieres de mí?
Aquel hombre que soñó con asaltar
la alta cima de tus ojos es hoy, ahora
mismo,
un ser vencido que pone su alma a tu
capricho.
Me has vencido, lo sé, me duele,
pero lo acepto. No me falto al respeto
por eso.
No hay en mí otra ruta
sino la que me lleva a tu deseo, a tus
labios,
la que me conduce al fondo de tu
mirada.
Y ahora sólo me ves a mí, ahí está
mi victoria.
He entregado tiempo y albedrío,
voluntad y deseo,
pero es ahora que tú me miras
cuando encuentro lo eterno de mi busca.
Ya no puedes seguir con este juego tuyo
ya mi alma no se somete a tu voluntad,
ya no soy el ser torpe que se resigna:
ahora
soy, a la luz de tus ojos, el hombre
que te ama
y, por tanto, ya no te pregunto ¿qué
más quieres de mi?
Ya sé la respuesta, es mi ser tu
conquista
y es tu deseo mi triunfo.
¿qué quieres de mí, si ya me los has
dado todo?
En los tiempos de la esperanza
Sevilla, 29 de mayo de 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario