miércoles, 17 de septiembre de 2014

No hay sosiego

No hay sosiego bajo los párpados espesos de la noche,
triunfo amargo de las horas vacías.
Vengo de la nada, sin más ropaje
ni más edades, ni más afán que tu presente.
Que seas tú la paz que me falta
es la misma angustia
que  mantiene paralizada mi vida,
vida que no se sostiene en si misma,
ni siquiera emprende el vuelo de la mañana.
Es el tiempo que pasa, me dices,
y lo sé: es el tiempo que pasa
y resbala lentamente sobre  citas
y promesas inacabadas,
sobre los encuentros fugaces y feroces.
Y aún no he aprendido a vivir,
y lo descubro tarde, a tiro de piedra
de tu horizonte. Pero estoy en ello.
No debo quejarme, nadie ha sido tan feliz
y nadie podría contar lo que aprendí de tí.
No hay sosiego, eso sí es firme.
Queda por delante esta escena única:
estoy ante un tiempo que se alimenta
de la misma sustancia de mis sueños.

Pepegarciaresille@gmail.com
tiempo de esperar
Sevilla, 18 de agosto de 2014

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