viernes, 19 de septiembre de 2014

Los sueños duermen

Los sueños duermen en las horas estériles,
aprovechan el tiempo perdido, la ausencias, las soledades inquietantes.
Mientras el mundo se agite,
mientras se alce la mañana como una promesa,
tiene el hombre el deber de no dormir, de no soñar.

Debo estar despierto, que el sueño no pueda conmigo,
bastante es que tú me hayas olvidado
para que, además, me quede dormido...

Así, con los ojos muy abiertos,
con la vista puesta en tu ausencia,
quiero permanecer despierto, siempre inmóvil
por si acaso volvieras, que no me pierda ese momento
¡el único importante!

poemas rescatados
Sevilla, 11 septiembre 2008

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