Poco podría ofrecer a quienes, como tú,
me miran hoy, desconfiados y distantes.
Me he vuelto insolidario: se nota
en mis palabras y en mi ropa.
También mis ojos miran desde un balcón imposible y altísimo.
Estas manos mías no recuerdan caricias;
no guardan citas mis oídos;
ningún beso quedó grabado sobre algún rincón de esta piel que me aísla.
Poco podría ofrecer a quienes, como tú,
esperan, confiados y distantes, que me acerque un poco más,
que baje la mirada,
que acaricie otras manos,
que escuche otras voces,
que otros labios escriban sobre mi piel
otras canciones y graben besos interminables.
Quiero dejarme llevar por ese deseo,
que también es mío, y que me espera impaciente.
Necesito recuperar no el tiempo –que no puedo-,
sino la fe en vosotros.
pepegarciaresille@gmail.com
Poemas recuperados
No recuerdo dónde ni cuándo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario