domingo, 28 de septiembre de 2014

No quedaba tiempo

No quedaba tiempo, era tarde,
se agotaban los últimos instantes,
y todavía seguía sentado junto a la ventana...
Gente, lluvia, se encendían las luces de la ciudad,
mi mundo se volvía más pequeño,
mi habitación se llenaba de rencores,
mientras el tiempo se escurría sobre los cristales.
Sigue lloviendo, no te veo llegar por la calle,
y sin embargo sigo esperando.
Me animo pensando que estás al llegar,
que me haré el dormido
(y te miraré a escondidas)
cuando me digas “amor mio, no volveré nunca”.


poemas rescatados
Sevilla.

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