Sólo pienso en mí
Es cierto: sólo pienso en mí,
es puro narcisismo, un buscar el espejo
cada mañana con el pretexto de
afeitarme...
Y me encuentro ante mis años
con los ojos radiantes y la mirada un
tanto cansada, así es.
Me busco, lo reconozco, me encuentro
reflejado
en esa mirada tuya, en el gesto torcido
de cualquiera,
en las aspiraciones que habían puesto
en mí...
Muchos me confiaron sus esperanzas,
sus deseos inconfesables y sus temores
a veces infantiles.
Ahí me encuentro, nuevo, diferente
cada día;
distinto ante cada rostro que me
interroga
y me pregunta ¿y tú qué haces por
los demás?
Pero yo sólo pienso en mí,
en mi cabeza sólo yo me recreo
y gobierno sin problemas, sin ayuda de
nadie.
Es un mundo aparte, sólo yo vivo en él
y es a partir de ahí cuando me acerco
al mundo,
al vuestro, al que descubro cada día.
Es otro mundo, aunque contenga las
mismas miserias que el mío,
pero es otro mundo: es el vuestro.
Y yo me acerco a él con los pies de
puntillas
para no hacer ruido. Yo no pienso en
vosotros,
no quiero pensar en vosotros, con
quienes tengo una deuda tan grande.
Amigos de la infancia, de patio de
colegio;
muchachas de mi juventud, de cita
atropelladas y delictivas;
Y luego, vosotros: -hombres y mujeres
que me habéis amado
y a quienes tanto he amado, guías
fieles de mi edad adulta,
yo no pienso en vosotros. Sería muy
simple y gratuito.
A vosotros os llevo en el corazón,
y ahí no es pensar: es sentir.
Más maera
Sevilla, domingo de Resurrección,
2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario