martes, 16 de septiembre de 2014

Tu espalda

Tu espalda

Te despides con un beso, y me das la espalda;
mientras te entregas al sueño, mis dedos la recorren
con dulzura, casi temblando, no sea
que alejen de ti esa paz que tanto necesitas.
Tu espalda es la negación del mundo,
tú descansas y sueñas, mientras yo invento
razones para comprender este olvido que me trae tu espalda.
Me niegas el abrazo, no puedo así
abandonarme al seguro contacto de tu vientre,
ni puedo dormir en tu regazo como si fuera un niño,
tu niño grande que ahora sólo quiere tu calor.
Me das la espalda y es tanto mi desconsuelo
que en silencio maldigo la hora primera
de nuestro primer abrazo...Pero no,
con dolerme, tu espalda no es todavía
el más alto muro que se ha de levantar entre nosotros.
Duerme, duerme tranquila, y cuando despiertes
mis dedos estarán todavía tejiendo sobre tu espalda
todos los deseos que esta noche han quedado
sólo en eso, puro deseo...


En los tiempos del dolor
Sevilla, 12 de diciembre de 2013

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