lunes, 22 de septiembre de 2014

Me besó la noche

Con sus labios oscuros me besó la noche largamente,
su boca fría, sobre mi frente primero,
sobre mi alma luego fue dejando una caricia de carne y humo.
Despacio recorrieron sus labios mi cuerpo,
tanto que a la mañana tenía la piel amoratada y húmeda,
y un cosquilleo infantil me recorría las venas.
Aquella noche se despidió de mí sin hablar apenas,
sin revelarme el secreto que escondían sus ojos apagados.
Es tu piel, dije, mientras me entregaba
al vano intento de reconstruir una caricia; no es
mi piel, contestó ella, es la piel de tus sueños.


pepegarciaresille@gmail.com
poemas rescatados
Sevilla

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