miércoles, 17 de septiembre de 2014

¿Se puede vivir a medias?

“¿Se puede vivir a medias?”

Tu pregunta rompió la noche,
mi corazón quedó contra la pared
y el alma que no tengo huyó despavorida
ante el ataque inclemente de tu pregunta.
“Tengo las muletas junto a la cama”, respondí
como el inválido que odia a los bailarines.
Siempre fuiste valiente, tu pregunta era valiente, y yo también...
“Mírate”,  me ordenas mientras
tus ojos recorren un cuerpo venido a menos,
el mio, éste mismo que tanto te amó entonces.
“Mírate, en qué has quedado, apenas te reconozco”
Ahora sí, ahora tu voz se hunde en mi conciencia
con la hoja de acero que está partiendo
en vivo este corazón que no se cree
lo que está pasando. “Mírate, ¿se puede vivir a medias?”
De nuevo tu voz rompe el acuerdo de no herirnos,
sólo era una tarde amable, una charla
y si el amor colaboraba, una noche como si fuera la última.
Tengo las muletas junto a la cama,
pero puedo irme cuando tú quieras.
Tu pregunta, alta y directa, no requería respuesta,
tú no la necesitabas. Era una carga de profundidad
que debía explotar en el fondo
de esta media vida que el cáncer me regala.
Lo sé, tú no me preguntas, no quieres saber
si mi vida es medio milagro o un regalo completo .
No vivo a medias, vida mía, no podría;
no podría teniendo delante de mí esta mirada tuya
que ahora me interroga con tanta arrogancia.
No vivo a medias, no podría
porque este cuerpo que se hunde no tiene
otra ley que amarte. No conozco
otro fin que no sea encontrar en ti
la otra media vida que creo que me debes.
Lo digo, simplemente, porque la tienes en tus manos.

pepegarciaresille@gmail.com
En tiempos de esperanza
Sevilla, 23 de junio de 2014

No hay comentarios:

Publicar un comentario