Sólo
el dolor, sólo el dolor era cierto;
puntual
por la noche, exacto, intenso, interminable.
Sólo
dolor, dolor a secas,
dentro,
donde ya no hay carne, punzante.
Dolor
sin remedio, dolor insobornable;
dentro,
en algún lugar de la conciencia, difuso.
Dolor
disperso, alojado en la sangre,
recorriendo
rincones hasta entonces desconocidos.
Dolor
inseparable del aire que respiro,
del
pan que como. Dolor duro,
intransigente.
Dolor,
por encima de todo, inexplicable.
pepegarciaresille@gmail.com
En tiempos del dolor
Sevilla, hospital de Triana
No hay comentarios:
Publicar un comentario