domingo, 14 de septiembre de 2014

Dulce mirada

Dulce mirada
A Mayte Dalianegra

Clavas tus ojos, limpios como la mañana,
en esta carne que me abandona
y un estallido de gozo me recorre la espalda.
Dulce mirada que no ve mi herida
sino este amor que guardo desde el principio del mundo
para dártelo en un instante como éste.
Atenta mirada que apenas roza este dolor
que logro olvidar cuando estoy a tu lado.
Es como el tacto tu mirada, suave,
se detiene por momentos
y luego continúa su juego
sobre este cuerpo mío que ya no me obedece.
No me interrogan tus ojos
ni pretenden conocer secretos que ya no tengo.
Has puesto sobre mi tu mirada
y el mundo ha detenido su marcha,
nada queda que no te haya ofrecido antes.
Nada salvo este momento que no te entrego
para no alterar la paz que me traen tus ojos.
Nada salvo este abrazo que no quiero darte
porque sufrirías al contacto de mi piel ya seca.
Dulce mirada que no ve mi herida;
dulce, es como el tacto de tus manos
que hoy han venido a recorrer caminos antiguos
sobre este cuerpo que se derrumba...
Hay un murmullo entre mis huesos
anunciando mi entrega a un juego
que hoy me propones con tus dedos y tus labios...
Me olvidaré de mi mismo
y me iré contigo a donde tú quieras.
Y una vez allí, si no eterno, mi amor
durará mientras mi boca pueda pronunciar tu nombre
y mis ojos puedan encontrarse con los tuyos.

Tiempos de esperanza
Sevilla, 11 de agosto de 2014

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